Error
  • JUser: :_load: Unable to load user with ID: 62

DE VIAJE

¿Quién no ha trabajado con sus alumnos un tema tan recurrente y atractivo como es el de los viajes?
Con esta ficha del Manual Planeta 2 de Edelsa nos encontramos con un buen soporte del que partir para trabajar nuestro querido contraste de pasados. Nuestra adaptación de la actividad, pues hemos visto que a ellos les resulta más motivador y la interacción oral se convierte en protagonista, es la siguiente: No deben contar el viaje de otro estudiante (tal y como dice la actividad 3 del manual) sino contestar a las preguntas de sus compañeros a partir de los items de la ficha hablando de uno de sus mejores viajes.

Esperamos os sirva de ayuda en vuestras clases. Y... ¡A practicar viajando!

 

viajes_1.jpg

 Tal y como os prometimos en el Foro ELE de la Universidad de Valencia del fin de semana pasado aquí os facilitamos nuestra ficha de explotación didáctica "¡Vaya pintas!". En breve, no obstante, en la página web del Foro ( www.uv.es/foroele ) quedarán colgadas las actas y podréis entonces acceder a la actividad al completo.

 

 

 

FICHA:  Título: “¡Vaya pintas!”:
Explotación didáctica de un texto periodístico sobre tribus urbanas

 

 

1.- APARTADO, según el MREL

Modos de vida y valores

 

2.- NIVEL, DESTINATARIOS

A partir de B1

 

3.- TIPO DE ACTIVIDAD

Trabajo material real

 

4.- OBJETIVO

Análisis realidad social

 

5.- DESTREZAS/DESTREZA QUE
     PREDOMINA. 

Trabajo de la C.E./ I.O./ E.O./ E.E.
Lenguaje no verbal. Predominan C.E./ E.O.

 

6.- DURACIÓN

Flexible

 

7.- FORMA DE TRABAJO/
     TIPO DE AGRUPAMIENTO.

- Individual
- Parejas
- Gran grupo

 

8.- MATERIAL NECESARIO

Fotocopia del texto
Recortes

 

9.- CONTENIDO FUNCIONAL

* Ser capaz de realizar descripciones exhaustivas
* Reflexionar acerca de las “estéticas” y “modas”
* Dar nuestra opinión


10.- CONTENIDO GRAMATICAL

* Verbos como SER/ESTAR/LLEVAR/TENER
* Opinión-Valoración INDICATIVO, SUBJUNTIVO

 

11.- CONTENIDO LÉXICO

Físico. Carácter. Prendas de vestir. Música.
(Coloquialismos. Fraseología)

 

12.- DESCRIPCIÓN

 

1. Título en la pizarra “Vaya pintas”
¿Conocen la   expresión? Hipótesis gran grupo
¡Vaya…!
Relacionar con otras expresiones equivalentes
¡Qué…!
¡Menuda…!
 (Entonación enfática)
*Curiosidad: En Google si hacemos una
búsqueda de la expresión “¡Vaya pintas!” nos
aparecen 1.080.000 páginas. Entro en las
primeras y son fotologs de jóvenes. Fiestas, dis-
fraces…
 … pintas!
 Relación con el mundo de las cartas.

 

 2. Entrega del material

 

 3. Descripción imágenes

 *Descripción de los 7 personajes, físico 
   e indumentaria.
 *¿Los podrían calificar de algún modo?
   ¿A qué tribu urbana creen que  
    pertenecen?

 

 4.Lectura texto/Trabajo léxico
 Lectura conjunta gran grupo
 Vocabulario
 Coloquialismos/fraseología 

 

 5. Fotos
Relacionar cada personaje con un famoso
El profesor proporciona los iconos recortados y el alumno deberá relacionarlos con los personajes trabajados
Muestra de fotos de Ana Obregón, Amparanoia, Alaska…

 

6. Opinión/reflexión
     Cuestiones a debatir gran grupo:

-¿Identificas a estos grupos en España?
-¿Existen tales tribus urbanas en sus países?
-¿Se sienten identificados o cercanos a alguna de ellas?
-¿Habría algún gesto que relacionarían con cada grupo? (Trabajo del lenguaje no verbal. Diferencias entre países)
-¿Por qué existen estos grupos? ¿Y la moda en general? ¿La siguen?

 

7. Actividad final
*¿Cómo sería un día de uno de estos personajes? ¿Cómo se relacionaría con el entorno?
        (Recortes de revistas e imágenes del libro)
*Diálogo entre dos de ellos. (Entonación, fraseología, lenguaje no verbal)
        Humor.

Muchas veces cuando los alumnos nos ven entrar en clase con el María Moliner bajo el brazo (bueno, más bien en brazos, debido a sus más de 2 kilos cada tomo) nos preguntan: - ¿Quién es Maria Moliner? En ese momento se nos iluminan los ojos y decimos: - Mañana os la presento, y al día siguiente leemos juntos este texto. Espero que os guste.

GABRIEL GARCIA MARQUEZ

 

EL PAÍS - Opinión - 10-02-1981

 

Hace tres semanas, de paso por Madrid, quise visitar a María Moliner. Encontrarla no fue tan fácil como yo suponía: algunas personas que debían saberlo ignoraban quién era, y no faltó quien la confundiera con una célebre estrella de cine. Por fin logré un contacto con su hijo menor, que es ingeniero industrial en Barcelona, y él me hizo saber que no era posible visitar a su madre por sus quebrantos de salud. Pensé que era una crisis momentánea y que tal vez pudiera verla en un viaje futuro a Madrid. Pero la semana pasada, cuando ya me encontraba en Bogotá, me llamaron por teléfono para darme la mala noticia de que María Moliner había muerto. Yo me sentí como si hubiera perdido a alguien que sin saberlo había trabajado para mí durante muchos años.

 

María Moliner -para decirlo del modo más corto- hizo una proeza con muy pocos precedentes: escribió sola, en su casa, con su propia mano, el diccionario más completo, más útil, más acucioso y más divertido de la lengua castellana. Se llama Diccionario de uso del español, tiene dos tomos de casi 3.000 páginas en total, que pesan tres kilos, y viene a ser, en consecuencia, más de dos veces más largo que el de la Real Academia de la Lengua, y -a mi juicio- más de dos veces mejor. María Moliner lo escribió en las horas que le dejaba libre su empleo de bibliotecaria, y el que ella consideraba su verdadero oficio: remendar calcetines. Uno de sus hijos, a quien le preguntaron hace poco cuántos hermanos tenía, contestó: «Dos varones, una hembra y el diccionario». Hay que saber cómo fue escrita la obra para entender cuánta verdad implica esa respuesta.

 

María Moliner nació en Paniza, un pueblo de Aragón, en 1900. O, como ella decía con mucha propiedad: "En el año cero". De modo que al morir había cumplido los ochenta años. Estudió Filosofía y Letras en Zaragoza y obtuvo, mediante concurso, su ingreso al Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios de España. Se casó con don Fernando Ramón y Ferrando, un prestigioso profesor universitario que enseñaba en Salamanca una ciencia rara: base física de la mente humana. María Moliner crió a sus hijos como toda una madre española, con mano firme y dándoles de comer demasiado, aun en los duros años de la guerra civil, en que no habla mucho que comer. El mayor se hizo médico investigador, el segundo se hizo arquitecto y la hija se hizo maestra. Sólo cuando el menor empezó la carrera de ingeniero industrial, María Moliner sintió que le sobraba demasiado tiempo después de sus cinco horas de bibliotecaria, y decidió ocuparlo escribiendo un diccionario.


La idea le vino del Learner's Dictionary, con el cual aprendió el inglés. Es un diccionario de uso; es decir, que no sólo dice lo que significan las palabras, sino que indica también cómo se usan, y se incluyen otras con las que pueden reemplazarse. «Es un diccionario para escritores», dijo María Moliner una vez, hablan do del suyo, y lo dijo con mucha razón. En el diccionario de la Real Academia de la Lengua, en cambio, las palabras son admitidas cuando ya están a punto de morir, gastadas por el uso, y sus definiciones rígidas parecen colgadas de un clavo. Fue contra ese criterio de embalsamadores que María Moliner se sentó a escribir su diccionario en 1951. Calculó que lo terminaría en dos años, y cuando llevaba diez todavía andaba por la mitad. «Siempre le faltaban dos años para terminar», me dijo su hijo menor. Al principio le dedicaba dos o tres horas diarias, pero a medida que los hijos se casaban y se iban de la casa le quedaba más tiempo disponible, hasta que llegó a trabajar diez horas al día, además de las cinco de la biblioteca. En 1967 -presionada sobre todo por la Editorial Gredos, que la esperaba desde hacía cinco años- dio el diccionario por terminado. Pero siguió haciendo fichas, y en el momento de morir tenía varios metros de palabras nuevas que esperaba ver incluidas en las futuras ediciones. En realidad, lo que esa mujer de fábula había emprendido era una carrera de velocidad y resistencia contra la vida.

 

Su hijo Pedro me ha contado cómo trabajaba. Dice que un día se levantó a las cinco de la mañana, dividió una cuartilla en cuatro partes iguales y se puso a escribir fichas de palabras sin más preparativos. Sus únicas herramientas de trabajo eran dos atriles y una máquina de escribir portátil, que sobrevivió a la escritura del diccionario. Primero trabajó en la mesita de centro de la sala. Después, cuando se sintió naufragar entre libros y notas, se sirvió de un tablero apoyado sobre el respaldar de dos sillas. Su marido fingía una impavidez de sabio, pero a veces medía a escondidas las gavillas de fichas con una cinta métrica, y les mandaba noticias a sus hijos. En una ocasión les contó que el diccionario iba ya por la última letra, pero tres meses después les contó, con las ilusiones perdidas, que había vuelto a la primera. Era natural, porque María Moliner tenía un método infinito: pretendía agarrar al vuelo todas las palabras de la vida. «Sobre todo las que encuentro en los periódicos», dijo en una entrevista. «Porque allí viene el idioma vivo, el que se está usando, las palabras que tienen que inventarse al momento por necesidad». Sólo hizo una excepción: las mal llamadas malas palabras, que son muchas y tal vez las más usadas en la España de todos los tiempos. Es el defecto mayor de su diccionario, y María Moliner vivió bastante para comprenderlo, pero no lo suficiente para corregirlo.

 

Pasó sus últimos años en un apartamento del norte de Madrid, con una terraza grande, donde tenía muchos tiestos de flores, que regaba con tanto amor como si fueran palabras cautivas. Le complacían las noticias de que su diccionario había vendido más de 10.000 copias, en dos ediciones, que cumplía el propósito que ella se había impuesto y que algunos académicos de la lengua lo consultaban en público sin ruborizarse. A veces le llegaba un periodista desperdigado. A uno que Ie preguntó por qué no contestaba las numerosas cartas que recibía le contestó con más frescura que la de sus flores: «Porque soy muy perezosa». En 1972 fue la primera mujer cuya candidatura se presentó en la Academia de la Lengua, pero los muy señores académicos no se atrevieron a romper su venerable tradición machista. Sólo se atrevieron hace dos años, y aceptaron entonces la primera mujer, pero no fue María Moliner. Ella se alegró cuando lo supo, porque le aterrorizaba la idea de pronunciar el discurso de admisión. «¿Qué podía decir yo », dijo entonces, «si en toda mi vida no he hecho más que coser calcetines?».

 

A continuación compartimos con vosotros una experiencia práctica que presentamos en el I Foro de profesores de ELE de la Universidad de Valencia en febrero del 05:

 

TÍTULO:

“Trabajo de las 4 destrezas a partir de información turística de España”

 

OBJETIVOS:

 

Presentamos una experiencia práctica que consideramos muy completa, cuyos objetivos podríamos resumir del siguiente modo, poniéndolos en relación con el trabajo de las 4 destrezas:

 

    * Solicitar folletos informativos a oficinas de turismo de diferentes regiones de España  de dos modos:

        a) Solicitud telefónica - conversación (Comprensión auditiva/Expresión oral: Interacción oral, producción oral).
        b) Solicitud vía internet - e-mail (Expresión Escrita).

 

    * Realizar una breve exposición oral de la región (Expresión oral) tras haber recibido los folletos solicitados y haberlos trabajado en clase (Comprensión Lectora).

 

NIVEL ESTUDIANTES:

Nivel Intermedio, B1. Posibilidad de adaptación de la actividad (B2-C1). Diferentes grados de dificultad de la misma (ejemplos: composición básica o más elaborada del diálogo que se preve o del e-mail, más o menos ayuda del docente en el momento de la preparación, etc).
 
TEMPORALIZACIÓN:

Mínimo 4 sesiones:
 
1ª) Preparación actividad en grupo: Práctica petición, conversación telefónica y redacción e-mail.
2ª) Realización de las llamadas y conexión a internet-e-mail.

(Lapso de tiempo pues debemos recibir los folletos de las oficinas de turismo).

3ª) Trabajo con la información recibida.
4ª) Presentación oral individual de la región designada y trabajada.
 

POR

 

1. Causa o motivo de la acción

 

[Murió por su país]

 

2. Agente de la voz pasiva

 

[Fue escrito por mí]

 

 

 

Espacio

 

 

3. Lugar indeterminado

 

[Estará por la cocina]

 

4. Movimiento o paso por un lugar

 

[Ayer pasé por el puente]

 

 

Tiempo

 

 

5. Partes del día

 

[Por la noche hace frío]

 

6. Época del año

 

[Voy a casa por Navidad]

 

7. Tiempo aproximado

 

[Por enero hará un año que volvió]

 

8. Periodicidad

 

[Voy 2 veces por semana]

 

 

Otros

 

 

9. “En lugar de”

 

[Iré yo por ti]

 

10. Medio

 

[Llámame por teléfono]

 

11. Precio

 

[Te la vendo por 3 euros]

 

12. Finalidad

 

[Ve a por pan]

 

13. ESTAR POR

 

.“Tener ganas de” (suj personal)

 

[Estoy por irme a casa]

 

 

.“Algo sin hacer”(suj impersonal)

 

[El tren está por salir]

 

 

PARA

 

1. Finalidad o utilidad de la acción

 

[Lo compré para regalártelo]

 

2. Objeto Indirecto

 

[Lo compré para ti]

 

 

Espacio

 

 

3. Verbo movimiento o dirección con significado de “destino”

 

[Se fue para Barcelona]

 

 

Tiempo

 

 

4. Final de un plazo

 

[Estará acabado para mayo]

 

5. Fecha futura aproximada

 

[Volveré para mayo]

 

 

Otros

 

6. Opinión (ante sustantivo)

 

[Para mí, eso es mentira]

 

7. ESTAR PARA

 

. Acción cercana, inminente

 

[El cielo está para llover]

 

. Ausencia de disponibilidad

 

[No estoy para nadie]

 

8. Escasa importancia

 

[Para esto no vengo]

 

9. “A pesar de”

 

[Esta ágil para su edad]

 

10. Valoración

 

[Para buena letra la mía]

 

 

 

 

 

Dell Hathaway Hymes (nacido el 7 de junio de 1927 en Portland, Oregon) es un sociolingüista, antropólogo y folclorista, cuyo trabajo se ha ocupado principalmente de las lenguas del Pacífico Noroeste.

Se educó en Reed College, estudió con David H. French, y se graduó en 1950, después de prestar servicio militar en Corea. Su trabajo en el ejército de Estados Unidos como descifrador le decidió a convertirse en lingüista. Hymes obtuvo su doctorado en la Universidad de Indiana en 1955, y luego encontró un puesto en la Universidad de Harvard.

Incluso con esta juventud, Hymes tenía una buena reputación como lingüista. Su disertación, que preparó en un año, fue una gramática de la lengua Kathlamet, que se habla cerca de la desembocadura del río Columbia, y conocida principalmente por las obras de Franz Boas a finales del siglo XIX. Hymes estuvo en Harvard durante cinco años, y se marchó en 1960 a la Universidad de California, Berkeley. También pasó cinco años en Berkeley y luego ingresó en el Departamento de Antropología de la Universidad de Pennsylvania en 1965. En 1972 entró en el Departamento de Folclore y se convirtió en decano de los Estudios de Educación en 1975.

Fue presidente de la Sociedad Lingüista de América en 1982, de la Asociación de Antropología Americana en 1983, y de la Sociedad de Folclore Americana, la última persona en ostentar los tres puestos. Mientras en Pensilvania, Hymes fue un fundador de la revista Language in Society (Lengua en Sociedad). Hymes luego formó parte de los Departamentos de Antropología e Inglés en la Universidad de Virginia, donde se convirtió en catedrático Commonwealth Professor de Antropología e Inglés, puesto del cual se ha jubilado recientemente. Ahora es profesor emérito de la facultad.

Su esposa, Virginia Hymes, también es sociolingüista y folclorista.


Influencias sobre su obra

Hymes tuvo influencias de muchos lingüístas predecesores, principalmente Franz Boas y Edward Sapir.

Hymes cree que hay una conexión crítica entre el lenguaje y las formas de pensar. Éste es el meollo de su posición teórica. Hymes considera al crítico literario Kenneth Burke como su mayor influencia, y afirma: “El sentido de lo que hago probablemente se debe más a KB que a otra persona”. Hymes estudió con Burke en la década de 1950. La obra de Burke era diversa, tanto teórica como temáticamente, pero la idea que parece haber influido más en Hymes es la aplicación del criticismo retórico a la poesía.

Hymes ha incluido muchas otras figuras literarias y críticos entre sus influencias, incluyendo a Robert Alter, C.S. Lewis, A.L. Kroeber, Claude Lévi-Strauss y Harry Hoijer.


Importancia de su obra

Como uno de los primeros sociolingüistas, Hymes ayudó a establecer por primera vez la conexión entre el habla y las relaciones humanas y el entendimiento humano sobre el mundo. Hymes se interesa particularmente en la forma en que patrones lingüísticos diferentes moldean diferentes patrones de pensamiento.

Hymes propone lo que él y otros denominan “etnopoética”, un método antropológico de trascribir y analizar el folclore y la narrativa oral que atiende a las estructuras poéticas dentro del habla. Al leer las trascripciones de los mitos indígenas, por ejemplo, que fueron registrados generalmente en prosa por antropólogos anteriores, Hymes observó que hay estructuras típicamente poéticas en el vocabulario y en la estructuración del relato. Los patrones léxicos y el uso del léxico obedecen a formas artísticas pautadas.

La meta de Hymes, según su opinión, es entender el arte y “la competencia… que subyace y configura estas narrativas” (Hymes 2003:vii). De hecho, creó el Modelo de Habla Dell Hymes y acuñó el término competencia comunicativa dentro de la enseñanza del lenguaje.

Aparte de ser historias entretenidas o mitos importantes sobre la naturaleza del mundo, las narrativas también transmiten la importancia del conocimiento del manejo ambiental de los aborígenes, como los ciclos de desove de los peces en los ríos cercanos o la desaparición de los osos grizzly de Oregon. Hymes cree que todas las narrativas del mundo están organizadas en torno a principios implícitos de forma que transmiten conocimientos importantes y formas de pensar y concebir el mundo. Afirma que entender las narrativas conducirá a un mejor conocimiento del lenguaje mismo y de los campos configurados por la narración oral, entre los que incluye la etnopoética, la sociolingüística, la psicolingüística, la retórica, la semiótica, la pragmática, la narratología y la crítica literaria.

Hymes considera claramente que el folklore y la narrativa son parte vital de los campos de la lingüística, la antropología y la literatura y ha deplorado el hecho de que muy pocos académicos de estos campos deseen y puedan incluir en forma adecuada el folklore en lengua original en sus análisis (Hymes 1981:6-7). Siente que las versiones traducidas de los relatos son inapropiados para entender su papel en el sistema social o mental en que surgieron. Hymes presenta como ejemplo que en navajo, las partículas (expresiones tales como "uh," "So," "Well," etc. que tienen significado lingüístico, e incluso semántico), omitidas en la traducción al inglés, son esenciales para entender cómo se configura la historia y cómo la repetición define la estructura — en el sentido de Lévi-Strauss — que el texto incorpora.


El Modelo "S-P-E-A-K-I-N-G"

Hymes desarrolló un modelo valioso para ayudar en la identificación y etiquetado de los componentes de la interacción lingüística que deriva de su afirmación de que para hablar una lengua correctamente, no sólo se necesita aprender su vocabulario y gramática, sino también el contexto en el que se utilizan las palabras.

El modelo comprende dieciséis componentes que se pueden aplicar a muchos tipos de discurso: forma del mensaje; contenido del mensaje; ambiente; escena; hablante/emisor; remitente; oyente/receptor/audiencia; destinatario; propósito (resultado); propósito (objetivos); código; canales; formas de habla; normas de interacción; normas de interpretación, y géneros.

Para facilitar la aplicación de este modelo, Hymes elaboró el acrónimo S-P-E-A-K-I-N-G, en el que agrupa los dieciséis componentes en ocho divisiones.


*Setting and Scene (Ambiente y Escena)
*Participants (Participantes)
*Ends (Fines)
*Act Sequence (Secuencia de Hechos)
*Key (Código)
*Instrumentalities (Instrumentalidades)
*Norms (Normas)
*Genre (Género)

Page 10 of 10