Para realizar la actividad que proponemos esta semana es necesario disponer de un espacio lo suficientemente amplio como para que los estudiantes puedan estar de pie y moverse cómodamente.
Además de romper los bloqueos y las inhibiciones iniciales, vamos a practicar las presentaciones, por lo tanto, es necesario que ya hayan aprendido, como mínimo, a decir:
-Me llamo…
-Tengo… años.
-Soy de…
La mecánica del juego es sencilla: distribuímos a los estudiantes por toda la clase, les pedimos que estén atentos, y que cuando el profesor o la profesora dé una palmada se deberán presentar dándose un abrazo como si fuesen muy felices; cuando el/la docente dé dos palmadas continuarán presentándose como si estuvieran tristes; y cuando dé tres palmadas como si estuvieran nerviosos.
La vergüenza desaparece, los estudiantes empiezan a conocerse y las risas están garantizadas.